musica

CONCIERTO DE THE SPINTO BAND

Lo primero que me llama la atención al ver a los Spinto Band en el escenario es su juventud. Ya me parecieron muy jovenes aquella madrugada en que los descubrí en el Summercase del 2006, pero anoche, en el Razzmatazz 3, su aspecto adolescente, casi pubertoso, me sorprende de nuevo. Enfundados en sus camisas de cuadros y tras unos instrumentos que parecen quedarles demasiado grandes, arrancan con el característico coro inicial de “Direct to my helmet”, la única balada, si así puede llamársele, de todo su repertorio. Es una brillante melodía de corte clásico y arrastrado estribillo que queda, en mi opinión, algo desaprovechada a causa de una interpretación un punto deslabazada y una audiencia todavía fría y distante.

Pero este grupo es mas adictivo que la coca-cola, y pronto, con canciones como “Later on”, “Brown Boxes” o “Needle point”, el alocado torbellino de pitos psicodélicos, epilépticos cabezazos y agudos frenéticos  avanza implacable. Para cuando llega su hit “Oh Mandy”, ya hemos caído de cabeza en su particular burbuja de pop impaciente.

The Spinto Band llevan tocando desde el 96 (¿¡pero cuántos años debían tener entonces!?) y deben su nombre a Roy Spinto, el abuelo de uno de sus integrantes, que dejó como herencia una caja llena de letras de canciones que inspiró al grupo en sus principios. Compuesta por dos parejas de hermanos (los Hobson y los Hughes) y dos compañeros de clase, ésta es una formación algo curiosa; desde su aspecto nerd y desgarbado hasta su particular y característico sentido de la melodía: efervescente y exaltado a ratos, delicado y armonioso poco después.

Intercalando comentarios en castellano e incluso en catalán (“Salut i força al canut”, dice el bajista mientras alza su cerveza), estos chicos de movimientos robóticos y chispeantes coros caen simpáticos. Cierran el concierto con la archiconocida samba “Aquarela do Brasil” (El teclista se disculpa: “no es lo mismo”, dice, queriendo dejar claro, tal vez, que a pesar de norteamericanos, saben bien distinguir entre Brasil y España), fieles primero a sus ritmos latinos y conduciéndolos luego, a su inconfundible territorio de sincopada y enloquecida musicalidad.

Se despiden y nos los encontramos luego, a la salida, vendiendo y firmando vinilos que venden a 3 euros. Nos compramos un par y contentos, nos vamos a tomar una cerveza. Mientras vuelvo a casa, pienso que la mejor manera de resumir este concierto sería con la frase que daba título a su primer disco, y que ahora decido utilizar para cerrar esta crónica: Nice and nicely done!

5 comentarios en “CONCIERTO DE THE SPINTO BAND”

  1. Es un placer dejar el primer comentario en tu blog Eli.
    Sinceramente muy buena crítica del concierto y ahora me voy de cabeza al youtube a escucharlos que me has despertado la curiosidad!!

    Espero que no dejes de lado el Blog, ya me iré pasando por aquí!

    Un saludo y nos leemos!
    Talía

  2. Estuvo chulo el concierto, pero lástima que no tocaran Atari.. Eli olvidaste comentar que estuviste a esto de comerle toa la boca al bajista chiflao… Tú no quisiste volver, no devolviste la mirada cuando ya íbamos a coger el metro.. Qué momento, no lo olvidaré!

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