Primavera Club

CATS ON FIRE (Jueves 6, Arteria Paral.lel)
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Cats on Fire. Foto: Damià Bosch (Archivo Primavera Sound) |
REDD KROSS (Viernes 7, Arteria Paral.lel)
El viernes nos entregamos a Redd Kross que, tras quince años de silencio, han entrado de nuevo en nuestras vidas por la puerta grande con un discazo llamado Researching the blues. Sobrados de carisma y garra rockera, los hermanos McDonald y sus secuaces tomaron el escenario y dieron caña ininterrumpida durante un concierto que nos hizo bailar y ondear melena como adolescentes que no saben del mañana. Combinando canciones de este último disco (Researching the blues, Uglier, The Nu Temptations o Stay away from down town) con grandes de sus temas antiguos (Frosted Flake, Lady In The Front Row, Crazy world, Annie’s gone, Pretty Please Me), los de California se apropiaron de nuestras almas como mejor saben hacerlo, a base de estribillos y guitarrazo limpio. Un conciertazo en toda regla que nos recordó que la edad se lleva en el corazón y que las buenas melodías y el espíritu del rock pueden con todo. Larga vida a Redd Kross, por siempre jóvenes e invencibles.
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Redd Kross. Foto: Ana Hdéz |
LOS PLANETAS (Viernes 7, Sant Jordi Club)
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Los Planetas. Foto: Damià Bosch (Archivo Primavera Sound) |
ANTONIA FONT (Sábado 8, Arteria Paral.lel)
Antonia Font. Foto: Ana Hdéz. |
THE VACCINES (Sábado 8, Sant Jordi Club)
Llegaron, tocaron y se marcharon y eso fue suficiente para que nos lo pasáramos pipa. No hubo grandes giros ni sobradas demostraciones de carisma, los de Londres arrancaron con No Hope, siguieron con Wreckin’ Bar y durante la hora escasa que duró su concierto se limitaron a desgranar a toda pastilla sus canciones arrolladoras e inmediatas que deberían de recetarse en lugar de Prozac. Ahora se ha puesto de moda criticarles y los mismos que en su día quedaron impresionados con la frescura de su primer disco What did you expect from the Vaccines?, con este nuevo Come of age, que sigue su misma línea, los tachan de simplistas y facilones. Probablemente no les falte razón y en lo que se equivocan es en ver esa simpleza como un defecto en lugar de como la pócima mágica que les permite hacer enloquecer a las masas a su antojo. Eso es lo que hicieron la noche del sábado en el Sant Jordi Club. Eso sí, el final abrupto con patada a la batería y micrófono al suelo sobraba y fue de vergüenza ajena. Aún así, que vuelvan cuando quieran que aceptaremos sus chorradas prepotentes con gusto a cambio de la euforia sin límites en la que nos sume su enganchoso repertorio.
The Vaccines. Foto: Ana Hdéz. |
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