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Entrevista a Friska Viljor

Hace más de ocho años, en algún rincón de la ciudad de Värnamo, al sur de Suecia, brindaban dos corazones rotos por un proyecto en común: volcar sus frustraciones en algo creativo poniendo banda sonora a sus penas. Decidieron hacerlo de una manera peculiar: en lugar de regodearse en ellas, las vistieron de fiesta y las enterraron bajo estribillos y cautivadoras armonías. Acabaron construyendo canciones llenas de vida en las que, en una primera escucha, cuesta reconocer el dolor del que nacieron. Tonadillas vigorizantes con las que saltar en primavera a ritmo de ukeleles y mandolinas pero cuyo trasfondo puede despertar en invierno cierto regusto a melancolía.
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Nacen Friska Viljor, un grupo de contrastes. Dos personas, muchos instrumentos. Letras oscuras, melodías luminosas. Perfeccionistas y generosos con sus arreglos musicales, algo parcos en palabras en sus entrevistas.

Haciendo de la música su mejor terapia, cinco discos después, las melodías continúan fluyendo hermosas como el primer día. Su último trabajo se titula Remember our name, y aunque sigue la misma línea que los anteriores, parece que las heridas se han curado y los efluvios alcohólicos de sus inicios han quedado atrás. ¿Qué hay de verdad en esas leyendas de ebriedad y miseria? “Eso fue tan solo el primer disco, pero de esto hace ya mucho tiempo. Ahora estamos ambos contentos con la vida. Todo el proceso de composición y grabación lo hemos hecho sobrios”. “Nuestra música se basa en los mismos fundamentos, las buenas melodías, pero nuestras letras ahora son más generalistas sobre las cosas de la vida y menos centradas en las penas y dolores de cabeza”.  

Daniel Johansson y Joakim Sveningsson se iniciaron en la música muy jóvenes, por lo que sus influencias son muchas y muy dispares: “lo que nos ha gustado desde que teníamos cinco años hasta ahora. Empezando por Whitney Houston, pasando por el metal en la adolescencia y un poco de todo hasta ahora, siempre y cuando contenga buenas melodías”. Precisamente cinco años tenía Daniel cuando empezó a tocar la trompeta en la banda municipal de la que su padre era director. Joakim empezó un poco más tarde, con doce años, como bajista en el grupo de metal de su hermano mayor. De hecho, en los noventa, ambos tocaban en grupos de metal rivales que se peleaban continuamente y que acabaron disolviéndose hasta que, unos años más tarde, firmaron la pipa de la paz y empezaron su aventura juntos.
Decidieron llamarse así por una broma interna. “Cuando empezamos el grupo ambos estábamos muy deprimidos y no veíamos el lado más brillante de la vida. Hacíamos chistes de esta situación y surgió este nombre de Friska Viljor, que es un nombre que en sueco suena muy feliz y muy sano, todo lo contrario a como nos sentíamos entonces. Decidimos quedarnos con él por la ironía que contenía”. No me queda claro eso de “muy feliz y muy sano “ y decido investigar por internet el significado de su nombre: “Friska (del húngaro friss, «fresco», pronunciado «frish») es un término musical utilizado para describir la parte rápida del csárdás, una danza folclórica húngara, y de la mayoría de las Rapsodias húngaras de Franz Liszt, que toman forma de estas danzas. Generalmente, la parte friska es de tono turbulento o jubiloso”. Turbulento o jubiloso, vale, eso sí encaja a la perfección con su alma discordante. “Nos parece más interesante introducir contrastes en nuestras canciones. Si la música coincidiera con las letras acabarían siendo demasiado deprimentes y nosotros queremos hacer música que suene positiva”.
 Del proceso de composición, explican, depende de cada caso. “A veces uno de nosotros escribe una canción entera, otras tan sólo una base a partir de la cual trabajamos los dos y otras la escribimos por completo entre los dos”. ¿Y cómo os las arregláis para tocar todos esos instrumentos siendo sólo dos? “En los discos tocamos la mayoría de los instrumentos. En el último tuvimos a un amigo tocando el saxofón y el clarinete, pero el resto lo hicimos nosotros. En el escenario nos acompañan tres amigos a la batería, el bajo y los teclados. Nosotros tocamos la guitarra y la mandolina”. Llevan de gira desde finales de enero y dentro de poco pasarán por nuestro país. “Lo mejor de estar de gira es conocer a toda la gente agradable que viene a nuestros conciertos. La peor es estar alejados de nuestras familias”. Explican que todavía hay veces en las que se ponen nerviosos antes de salir del escenario pero que “son nervios positivos que nos ayudan a concentrarnos más”. Intento que me expliquen alguna anécdota divertida, pero no hay manera. “Lo que pasa en la gira se queda en la gira, lo siento”. ¿Y vuestros planes de futuro? “Acabar la gira, un par de festivales de verano y una segunda gira europea. Y después no lo sabemos. Tal vez un nuevo disco, tal vez centrarnos en otra cosa”. 

4 comentarios en “Entrevista a Friska Viljor”

  1. Acabo de escuchar algunas canciones del álbum en spotify, hacen honor al título de tu blog. Me imagino escuchando esta música un día alegre y soleado XD

    Gracias por descubrirme este dúo letal.

    Un saludo,

    Alberto

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