musica

Concierto de Ocean Colour Scene

Enmarcados en la programación del Festival Mil.leni aterrizaron Ocean Colour Scene en Barcelona en una noche de fútbol que se hizo notar en la sala Apolo. Sin grandes efusiones pero con madurez y profesionalidad –una que, de hecho, había brillado por su ausencia en alguno de sus conciertos pasados– las leyendas del brit pop aparecieron en el escenario y nos ofrecieron una hora y media de grandes canciones.

Su setlist fue el mismo que el de su paso por Zaragoza y Madrid así que en ese sentido no hubo sorpresas. Así, muchos ya sabíamos que empezarían con Painting, la canción que da nombre a ese muy digno nuevo disco que traían bajo el brazo, y que tras ella nos abrazaría el riff inconfundible de The Circle, dando paso a esa genial frase de inicio que algunos ya empezamos a canturrear: Saturday afternoon the sunshine pours like wine through your window…
¡Clicka encima para escuchar el disco en Spotify!  

Tras ella, So low, un temazo triste y oscuro cuya taciturnidad se vuelve hermosa arropada por las voces cálidas de Simon Fowler y los suyos.

 La siguen los tintes country de Second Hand Car, la algo flojilla Give me a letter y un par nuevas: Weekend y Doodle book, compuesta esta última por el guitarrista Steve Cradock.

Les toca el turno entonces a Emily Chambers y a “su canción hermana”, tal y como la llama Fowler: Jane she got excavated. Después, dos de sus grandes éxitos: The riverboat song y Profit in peace, con los que tanto el grupo como el grueso de la audiencia empiezan a desprenderse de su ligera apatía inicial para acoger estribillos con bailoteos y sonrisas.

Tras otro par de nuevas canciones suenan We made it more – preciosa canción de su Mechanical Wonder que por algún motivo injusto me había pasado desapercibida hasta entonces– y la campechana If god made everyone. Y luego, subidón absoluto con ese combo maravilloso formado por One for the road, Travellers Tune y Hundred Mile High City.

Tras los bises sale Simon solo y su voz se convierte en dulce plañido al entonar la siempre emocionante Robin Hood. Después, ya acompañado con el resto del grupo llega It’s my shadow, rebosante de nostalgia melódica marca de la casa. Acabamos por todo lo alto, con las palmas y los coros de The day we caught the train, el himno perfecto para culminar una memorable velada.

Asi, mientras unos lloraban la derrota del Barça, otros redescubríamos esa belleza atemporal de Ocean Colour Scene, una que siempre pareció ligeramente pasada de moda y que por ese mismo motivo, nunca llegó a estarlo y nunca lo estará. Muy grandes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio