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KINK, UNA AUTOBIOGRAFÍA

Siempre he pensado que sería interesante tomar una muestra de todos los gritos y súplicas, los ruidos y sonidos de este planeta, mezclando los gritos del torturado con el sonido de las cascadas, el ruido del tráfico, los lloros de los niños que nacen, las bombas que explotan, los pájaros que cantan, la parienta echándote la bronca porque llegas tarde del pub… la cacofonía absoluta del sonido de la humanidad. Me gustaría conectar todo eso a un amplificador de diez trillones de gigavatios y tocarlo como un acorde.      
(Dave Davies)  

Publicada en 1996, Kink es la autobiografía del pequeño de los hermanos Davies y un muy entretenido testimonio de las locuras y excesos que envuelven la historia de uno de los grupos más influyentes y probablemente, infravalorados de la historia del rock.

Desde su infancia en el barrio londinense de Mushwell Hill y la formación del grupo en el 56 siendo él apenas un adolescente, hasta su final disolución a mediados de los noventa, sus recuerdos nos guían por el transcurso de la prolífica y tortuosa carrera de Los Kinks así como por los entresijos más privados de toda una vida sobre los escenarios. Expulsado del colegio a los 15 años, la vida de Davies transcurre en paralelo a la de los Kinks y ambas están llenas de altibajos y giros novelescos.

Como la adolescencia, los años de esplendor del grupo pasaron rápida y escandalosamente. Impulsados por ese You really got me que les lanzó al estrellato, el grupo gozó de gran éxito comercial durante la década de los sesenta para caer en el olvido en los setenta con sus discos conceptuales y experimentar una leve recuperación en los ochenta y los noventa con discos más rockeros. Cuatro décadas en la carretera dan para mucho, y tras la historia ─el éxito mundial, la todavía hoy algo confusa prohibición de tocar en los EEUU, los problemas con discográficas y managers, las subidas y bajadas en las listas de éxitos, las giras, los viajes, los discos─ aparecen las anécdotas, los romances, las impresiones personales. Éstas, explicadas de forma muy espontánea y natural por parte de Davies ─que a veces da la impresión de estar escribiendo sobre la marcha lo que le viene a la cabeza en ese mismo momento─ constituyen el grueso de la narración y son, para que vamos a engañarnos, enormemente entretenidas. Fiestas en la noche londinense en compañía de los Beatles y los Rolling Stones, amores de película truncados por el destino, y sobre todo, mucho desfase. Excesos de todos los gustos y colores: destrozos en hoteles, fiestas que acaban en el hospital, peleas en el escenario, embarazos adolescentes, juicios de paternidad, bisexualidad, drogas, sexo, sexo y más sexo. ¡Viva el rock’n’roll!

Y aunque evidentemente fue Ray el motor del grupo y el creador de casi todo el repertorio de los Kinks ─obras maestras como Days, Waterloo Sunset, A well respected man, Sunny afternoon, Wonderboy, o tantísimas otras─ tampoco hay que despreciar a David, responsable de la característica guitarra del grupo y de uno de los riffs más famosos en la historia del rock. Hablo por supuesto del riff de You really got me, con aquel sonido distorsionado y salvaje que convulsionó el mundo y que el adolescente Dave Davies consiguió rasgando un altavoz con una hoja de afeitar. Dejar un impacto permanente en el sonido del rock y sentar las bases para estilos futuros, en el salón de la casa de tus padres, siendo apenas un crío no está del todo mal, ¿no?
Dave escribió también algunos buenos temas, entre ellos, Susannah’s still alive o Death of a clown. En esta última, escrita en un momento de bajón, Dave se ve a sí mismo como un payaso triste y solitario del que nadie espera más que bromas y juerga. Un revelador reflejo de su desencanto hacia ese estilo de vida superficial y enloquecido en el que estaba inmerso y una canción bastante triste, en realidad, a pesar de sus la la las y su festivo piano.Y es que como comentaba antes, es una vida novelesca y llena de altibajos en la que no faltan tampoco episodios de depresión y paranoia. Davies explica cómo llegado un momento de su vida empezó a escuchar voces en su cabeza y pensó que se estaba volviendo loco.

Pero el episodio más angustioso del libro tiene lugar sin duda, unas páginas más hacia delante, cuando una vez ya (supuestamente) recuperado de sus problemas mentales, Davis nos habla de su “renacimiento espiritual” y durante un capítulo muy largo y aburrido, nos detalla sus experiencias místicas protagonizadas por ovnis, magias ocultas, magnetismos etéreos y el mismísimo Jesucristo. Una ida de olla en toda regla que resulta especialmente desasosegante después de haber simpatizado tanto con Davies y haber sido partícipe de su pasado impregnado de drogas y borracheras…

Excentricidades aparte, Dave cae simpático y nos hace pasar un muy buen rato con sus memorias, tan adictivas como los geniales estribillos de las primeras canciones de los Kinks y tan escandalosas como los guitarrazos que definieron su estilo y marcaron la historia del rock para siempre.

5 comentarios en “KINK, UNA AUTOBIOGRAFÍA”

  1. ¡Hola! Soy Víctor Hugo de Du-Dum-Dum -que no me deja comentar de otra forma-:

    De un tiempo para acá me estoy aficionando a los libros musicales, así que debería pasarme por las librerías de Alcalá a ver si encuentro esta autobiografía, que tal y como empieza con las palabras de Dave debe ser fenomenal. Igual que tú, opino que la figura principal de los Kikns es Ray, pero desmerecer las aportacioens de Dave -hay mucha gente que se olvida de él- és un error ¿verdad?

    Gracias por pasarte por mi sitio y voy a seguir echando un vistazo por aquí.

    ¡Saludos!

  2. Hola Victor, gracias por el comentario! Pues sí está muy bien la autobiografía, se hace bastante entrañable Dave a pesar de que a veces se le va un poco la cabeza jaja. La editorial se llama Lenoir, por si te ayuda a encontrarla. ¡Nos leemos!

  3. Hoy su música ya aparece en anuncios publicitarios, por fin han triunfado. Mi favorita, "Lola", ¡una de las letras más divertidas de esos años! Inicialmente prohibida en la BBC porque menciona una marca comercial (Coca-cola), que enseguida tuvieron que cambiar. La historia de los Kinks parece muy atractiva, y la relación entre los hermanos Davies muy jugosa.

  4. Sí, parece que por fin el tiempo les ha hecho justicia, menos mal. ¡Buenísima Lola! Yo si me tuviera que quedar con una creo que sería con Days, preciosa. Otra que también me encanta, tal vez menos conocida, es Wonderboy (que, una curiosidad, era la favorita de John Lennon, y que años después los Oasis plagiaron descaradamente con su “She’s electric”). ¡Larga vida a los Kinks!

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