musica

Canción de Amor Definitiva

Las dos vidas de Jorge Martí

La Habitación Roja se hicieron un hueco en la escena indie nacional a mediados de los noventa y han crecido paulatinamente desde entonces hasta convertirse en un grupo consolidado con una devota base de fans. Más de 25 años en la carretera dan para mucho, y cuando se ha llevado una vida tan atípica como la de su líder y compositor Jorge Martí, la anécdota trasciende y se convierte en algo más. En “Canción de Amor Definitiva” las historias entre bambalinas se combinan con otras mucho más mundanas, también ḿas oscuras, como los cielos bajo los que amanece Martí en el rincón perdido de Noruega en el que vive cuando no está de gira. Allí trabaja como enfermero en una residencia para dementes y enfermos de Alzheimer, última parada en las vidas de gentes que tiempo atrás habían sido jóvenes y tenían sus sueños como él, como todos.  “Llega 2015 y cumplimos 20 años como banda (…) Y todavía haciendo noche en los aeropuertos. Veinte años de canciones, así es como se titula el recopilatorio que (…) presentaremos en un concierto de aniversario en la sala Joy Eslava de Madrid. Volveremos a sentirnos como estrellas del rock esa noche, pero ahora he de cambiarle los pañales a una paciente encamada”.

Pero empecemos desde el principio: en su l’Eliana natal y en esas primeras escapadas a la ciudad para “conseguir” vinilos, con ese padre siempre optimista y esa madre que no sabe dónde mirar cuando su hijo habla de sexo. “Ay mare, este xiquet és increïble!”  Martí nos lleva de la mano por su infancia y su primera juventud para descubrirnos amistades surgidas en pupitres y consolidadas en el local de ensayo, salidas nocturnas en las épocas doradas del indie,  enamoramientos, fallidos (y a menudo cómicos) primeros episodios sexuales.

La narración viaja con él a Barcelona, a esa habitación roja que bautizó al grupo y albergó tiempos felices de descubrimientos musicales y personales, y más tarde a Noruega. A Molde, en concreto, la pequeña y gélida ciudad en la que conoció al amor de su vida y en la que echaría raíces años después. Aunque tal vez el término “echar raíces” no sea el más apropiado en este caso. Martí vive a caballo entre dos países y dos realidades opuestas y afirma cargar con una permanente sensación de desarraigo: “Vivo entre dos mundos pero no encajo en ninguno”. Los éxitos del grupo transcurrieron en paralelo a su historia de amor con Ingrid. Se sucedieron los discos, los conciertos, las giras, los aplausos y las canciones cantadas a gritos por el público. Las cartas de amor y las llamadas telefónicas, los viajes sorpresa, la vida en común y las alegrías de la familia. Pero también las cláusulas abusivas de contratos firmados con ingenuidad, los rifirrafes y las ansiedades derivadas de la flagrante precariedad de una escena en la que cada vez es más difícil sobrevivir. Y el revés más gordo de todos: el de una enfermedad misteriosa y cruel que abordó a Ingrid de un día para el otro y cambió sus vidas para siempre.

Canción de Amor Definitiva” es más que una (muy entretenida) autobiografía de un cantante de rock. Es también una reflexión sobre las muchas vidas que caben en una misma y sobre cómo las circunstancias modelan a las personas. Es la historia de un amor que lucha y se resiente y sobrevive, y de un puzzle existencial en el que la música es el mejor abrigo. La prueba de que los sueños pueden cumplirse, pero también las pesadillas, de que la suerte y la desgracia son caras de una misma moneda. Nuestra única posibilidad: lanzarla al aire y entonar nuestra canción favorita.

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