musica

Lo que nos dejó 2013

Los redactores de música de Culturamas reseñamos nuestros dos discos favoritos del 2013 (uno nacional y otro internacional) para el especial  Lo que nos dejó 2013.

Yo escogí los siguientes:

Adam Green & Binki Shapiro (Adam Green & Binki Shapiro): 

Consolidados ambos en la escena indie (Green en solitario y por su pasado en The Moldy Peaches, Shapiro como líder de Little Joy), esta pareja de jóvenes estadounidenses decidieron hacer un paréntesis en sus respectivas carreras para aunar fuerzas con este disco homónimo.
¡Feliz encuentro el suyo! Breve y agridulce como algunos de los affaires que relata, su carta de presentación les descubre cantándoles al amor y sobre todo, al desamor, con unas letras en su mayoría sombrías que a menudo cuesta reconocer envueltas como están por acompañamientos cálidos y hermosas melodías.
El encanto de crooner trasnochado de Green y la dulzura no empalagosa de Shapiro combinan casi tan bien como sus voces cristalinas, que se funden en inteligentes diálogos asentados en estructuras de pop retro que recuerdan a grandes parejas del pasado (concretamente a Nancy Sinatra & Lee Hazlewood). Diez temazos de corte clásico que se dejan querer como los turrones en Navidad. Nunca el desengaño había dejado tan delicioso sabor de boca.

 Atletes, baixin de l’escenari (Manel): 

Ya han pasado 6 años desde que Manel aparecieron con sus instrumentos folkies y su aspecto de nois normals y se convirtieron en protagonistas absolutos de la escena musical catalana.
Lo hicieron con un gran disco de pequeñas historias que combinaba el alma trovadoresca de la canción de autor con la delicadeza del pop sensible, y que fue arropado por un brutal entusiasmo mediático que, en ocasiones, llegó a hacer más ruido que sus propias canciones.
Tras aprobar con nota la prueba de fuego del segundo disco (que les llevó al número uno en ventas de las listas estatales), llegó este Atletes, baixin de l’escenari, con el que han aparcado su característica complejidad instrumental y arreglística para darle más protagonismo a la guitarra eléctrica y a las estructuras más austeras. Las texturas son más taciturnas y los estribillos menos identificables que los de sus anteriores trabajos lo que, en un principio, puede llevar a la decepción del oyente impaciente. ¡No alarmarse! Futuras escuchas van descubriendo su esencia poco a poco: el humor prudente de Ai Yoko, la arrebatadora melancolía de Banda de rock, la épica literaria de Mort d’un heroi romàntic, la belleza agridulce de A veure que en fem. Envueltas en su sigilo, estas pequeñas joyas conviven con otras más inmediatas: Teresa Rampell y su triunfal galope, Quin dia feia amics y su luminosidad Morriseyniana, Un directiu em va acomiadar y su estribillo sin complejos. El resultado: un tercer asalto que avanza de puntillas para descubrirse de pronto cuando ya ha calado muy hondo. Una nueva demostración del talento del cuarteto barcelonés y la confirmación de una feliz coincidencia: la de que, en este caso, el alumno enchufado es también el mejor de su clase.

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