Diez días de otoño en los cines Aribau de Barcelona.
Los melómanos de Barcelona tienen una cita obligada al llegar el otoño: el In-edit Beefeater. Este festival de documental musical, único en su especialidad a nivel internacional, nació en tierras catalanas hace 13 años y ha sido exportado a Chile, Brasil, Colombia y Grecia, así como a otras ciudades españolas (Madrid,Valencia y Bilbao). Despacito y con buena letra, el festival ha ido creciendo de la mano de sus adeptos, al tiempo que ha incorporado novedades en forma de actividades paralelas (In-edit radio, vermuts matinales, feria discográfica y editorial, sesiones gratuitas…) y plataformas alternativas de visionado (In-edit TV).
El documental escogido para dar el pistoletazo de salida de esta última edición fue Daft Punk unchained (Hervé Martin-Delpierre, Francia, 2015), una mirada a lo que se esconde bajo el casco del dúo francés más misterioso y cabezón de la escena. Janis Joplin fue la encargada de echarle el cierre. El documental en torno a su figura Janis: Little Girl Blue (Amy Berg, Estados Unidos, 2015) se proyectó en la sesión de clausura, en la que se dieron a conocer las decisiones del jurado.
El director homenajeado de este año, Tony Palmer, ha sido uno de los protagonistas indiscutibles de la edición. Ataviado con su jersey verde y sus dvds para vender bajo el brazo, combinando anécdotas personales con elogios exaltados hacia la ciudad condal, el británico presentó 7 de los 50 documentales proyectados. Su obra nos acerca tanto a escenas como a artistas concretos, con mejor o peor resultado. Él mismo calificó de pretencioso el pastiche músico-conceptual que resultó ser All my loving (1968), y no seré yo quien le lleve la contraria. El documental se hacía largo, y ese montaje que tanto se esforzaba en ser rupturista ─consistente en combinar imágenes de gran crudeza con actuaciones de grupos de la época que su amigo John Lennon le había apuntado en un papel─ resultaba cargante y algo absurdo. Mucho más interesante me pareció The Wigan Casino (1977) ─sobre la legendaria discoteca en la que el Northern Soul arrancaba virtuosos bailoteos al proletariado inglés─ All you need is love. The Beatles (1977) ─si bien habría cobrado más sentido en el contexto en el que fue concebido, como un capítulo de una serie televisiva─ y, sobre todo, su retrato de Leonard Cohen y de María Callas.
En Leonard Cohen: Bird on a wire (1974), Palmer acompaña al cantautor canadiense por su gira del 72, descubriéndonos actuaciones memorables pero también tensiones, problemas técnicos, flirteos y lágrimas. Sorprende la intimidad de algunas imágenes, que convierten al espectador en voyeur de las alegrías y frustraciones de un artista amable y accesible pero también taciturno e inestable, que cobija bajo su aparente serenidad unas emociones que acaban por desbordarle.
También en Callas (1987), logra el director mostrarnos la persona tras el personaje. A través de la narración de su biografía ─que nos revela aspectos como su sobrepeso juvenil, su mala relación con su madre, su matrimonio fallido o su desgraciado romance con el magnate mujeriego Onassis─ así como de testimonios de amigos y de la propia María, la diva cede el paso a la mujer vulnerable, solitaria y herida.
Opuesta en cuanto a su agresividad palpitante y al mismo tiempo parecida en cuanto a su íntima fragilidad se nos revela la personalidad de Nina Simone en The Amazing Nina Simone (Jeff L. Lieberman, Reino Unido, 2015). Brutal fuera y dentro del escenario, la dueña de una de las voces más sobrecogedoras de la historia se caracterizaba por sus arranques de (mal) genio y su inestabilidad emocional, que no respondían en su caso a las excentricidades del éxito ─al menos no únicamente─ sino al trastorno bipolar que padecía. De formación musical clásica, Simone ─nombre que tomó prestado de la actriz Simone Signoret─ nunca perdonó el rechazo que sufrió de adolescente por parte de una prestigiosa escuela de música, hasta el punto de recordarlo con voz temblorosa frente a la televisión muchos años después. Su bisexualidad, su valiente lucha por la igualdad racial o sus ideas suicidas son algunos de los aspectos que narra este interesante y agridulce documental.
La enfermedad mental entra de nuevo en juego en Jaco (Paul Marchand & Stephen Kijak, Estados Unidos, 2015), en torno a la figura de Jaco Pastorius, considerado por muchos el mejor bajista de la historia. Influenciado por la diversidad cultural de su Florida natal, este Jimmy Hendrix del bajo fusionó estilos, rompió moldes, inventó técnicas y dejó boquiabierto al mundo para consternarlo luego con su posterior caída y brutal final. De estrella internacional a mendigo demente, la suya es una historia injusta y desgarradora que conocemos gracias al empeño de Robert Trujillo ─bajista de Metallica y ex bajista de Suicidal Tendencies, Ozzy Osbourne y un largo etcétera─ productor y principal impulsor del largometraje. Un bonus informativo que no aparece en el documental: el bajo sin trastes de Pastorius (él mismo se los había arrancado años atrás para conseguir el sonido que buscaba) le fue robado en el parque en el que vivió en sus últimas épocas. Tras su dramática muerte, Trujillo logró localizarlo en manos de un coleccionista, lo compró y se lo regaló a su familia.
Otra historia trágica, mucho más conocida, es la de Kurt Cobain, claro. Cobain: Montage of Heck (Brett Morgen, Estados Unidos, 2015)no descubre mucho más de lo que ya sabíamos, pero contiene varios reclamos interesantes: los vídeos domésticos del líder de Nirvana con su hija recién nacida (productora del film y propietaria de dichas grabaciones), extenso material gráfico y audiovisual de su propia infancia, narraciones de viva voz o el testimonio de sus padres. Una lástima que Dave Grohl, al que tantas veces hemos visto en documentales de todo tipo, no haga su incursión en éste. Quien sí aparece es Courtney Love, que cae mal aun cuando se esfuerza en parecer simpática.
Afortunadamente el rock alberga también algunas historias felices. La de R.E.M es un buen ejemplo de ello: una carrera sólida e ininterrumpida que supera la treintena, un cantante que gana con los años (sorprendente el aspecto de tío raro que se gastaba Michael Stipe en sus inicios) y un puñado de temazos que quedarán para siempre. R.E.M by MTV(Alexander Young, Estados Unidos, 2014) repasa su trayectoria de manera eficiente y efectiva.
Lo propio hace The Jam: About the young idea (Bob Smeaton, Reino Unido, 2015)con el trío inglés, sirviéndose de sus fans como hilo conductor. Actores, músicos y personas de a pie comparten frente a las cámaras su amor incondicional por los responsables de que los adolescentes de la época tatarearan estribillos comprometidos e inteligentes, mientras Weller y los suyos nos llevan de la mano por su carrera e influencias. Muy recomendable.
Y de estos revivalistas del mod damos un paso atrás en el tiempo para recordar a uno de sus grupos precursores, centrando la mirada en los managers que los modelaron. Lambert & Stamp (James D. Cooper, 2014) nos descubre la historia de los dispares y carismáticos jóvenes que decidieron tomar las riendas de la carrera de The Who. Interesados en un principio en grabar una película sobre el grupo, Kit Lambert y Chris Stamp acabaron aparcando sus inquietudes cinematográficas para orquestar el ascenso al éxito de una de las formaciones más influyentes de los sesenta. Por una de estas paradojas de la vida, la incursión del grupo en el mundo del celuloide supuso el principio del fin de su fructífera relación con los protagonistas de este interesante documental.
Para finalizar no puedo dejar de hablar del divertido recorrido por la vida y milagros de la boy band norteamericana que decoró las carpetas de millones de adolescentes a finales de los noventa y principios del nuevo milenio. Backstreet Boys: Show’ em what you’re made of (Stephen Kijak, 2015)parte de la reunión del grupo en 2012 para trabajar en el disco de su 20 aniversario. Entre cafés y canturreos (¡algunos con instrumentos!) el quinteto hace balance de lo vivido sin ocultar su temor por lo que viene, descubriéndonos su tumultuosa trayectoria así como sus intimidades y trapos sucios. Hogares humildes, familias aprovechadas, managers estafadores, problemas de alcoholismo, obesidad y drogadicción salen a la superficie, mientras el grupo trata de encauzar esa carrera que la caprichosa industria musical catapultó hacia al estrellato para olvidar en cuanto salió el siguiente producto. Las marionetas también tienen sentimientos, y las marionetas americanas ni te cuento. Muy entretenido.
PALMARÉS IN-EDIT 2015:
Premio de la competición internacional:
Orion: The man who would be king (Jeanie Finlay, Reino Unido, 2015).
The ecstasy of Wilko Johnson (Julien Temple, Reino Unido, 2015). Premio de la competición nacional:
Rumba Tres: de ida y vuelta (Joan Capdevila y David Casademunt, España, 2015). Premio del público:
Rumba Tres: de ida y vuelta (Joan Capdevila y David Casademunt, España, 2015).