Esta es la cara que se me quedó el viernes por la noche cuando me llamaron por teléfono para comunicarme que era la ganadora del premio de novela Felipe Trigo. Sí, amig@s, iba en bata y con unos pelos espantosos, de hecho me da bastante vergüenza publicar esto, pero a la vez me hace ilusión porque fue un momento muy feliz. No me lo esperaba en absoluto y la organización hizo todo lo posible para mantener el misterio hasta el final.
Unas semanas atrás me había llevado una gran alegría al encontrar ni novela Despídete con una sonrisa entre las finalistas, pero como no tenía muchas esperanzas de ganar y no quería pasar nervios, decidí no seguir la gala. Tenía el móvil cerca, eso sí, ya que sabía por los vídeos de galas anteriores que llamaban al ganador, aunque yo dudaba de que no le hubieran avisado antes para asegurarse el tiro. Pero no hubo avisos previos, solo la llamada de un móvil desconocido pasadas las diez y media y mi corazón disparado al contestar. Estaba viendo una peli con Joan que, sin pensarlo, cogió el móvil y se puso a grabar. Sonó una voz al otro lado de la línea: Hola, soy el técnico de sonido de la gala del premio Felipe Trigo. Dijeron que estaban hablando con todos los finalistas (chasco) y me pusieron en directo. Entonces, la presentadora de la gala Sara Solomando me anunció la feliz noticia.
Escribí esta novela durante mi embarazo, en concreto, durante la franja más fastidiada de mi embarazo, cuando una complicación me obligó a guardar reposo durante meses. Llevaba dos años tratando sin éxito de que me publicaran una novela previa, más larga, más comercial (creo). Los rechazos de las editoriales, o lo que es mucho peor, los silencios habían hecho mella: andaba desanimada ante tanta indiferencia tras tanto esfuerzo y me daba miedo que esta nueva aventura encontrara el mismo destino que la primera. Gracias al ayuntamiento de Villanueva De La Serena, a los miembros del jurado y a los de la comisión lectora del LXI edición del Premio Felipe Trigo de Novela, sé que no será así y que esta novela sí verá la luz con el apoyo de la Fundación José María Lara.
Tras el festejo, vi la gala y me emocioné con la descripción que hizo de mi novela el portavoz del jurado Ignacio Fernández Garmendia. También, con los entusiastas aplausos de la comisión lectora al saberse el veredicto. Al día siguiente, tuve el privilegio de conocer virtualmente a una de las integrantes de dicha comisión, que me dijo: Es un Premio muy especial. Transparente. Con una Comisión formada por apasionados lectores. No somos ninguno profesionales. Nuestra única guía son las emociones y tu novela lo consiguió.
Más pronto o más tarde todo esfuerzo tiene su recompensa. La mía fue esta ?
¡GRACIAS!