Cenizas fue publicada en 1904 y es una de las muchas novelas con las que la escritora sarda Gracia Deledda cimentó su prolífica carrera literaria. Narra la historia de Anania, nacido fuera del matrimonio en la tradicional Cerdeña de principios de siglo.  Repudiada por su familia y sin medios de subsistencia, su joven madre decide dejarlo al cuidado del padre, casado con una mujer buena que lo adopta como propio. A pesar de recibir cariño y educación, Anania no olvida: en su interior, la herida del abandono se recrudece con la vergüenza de creerse hijo del pecado y la inmoralidad. Lejos de empatizar o de incluso perdonar, Anania se convertirá en un ser resentido y catalizará sus debilidades en un rencor hacia la madre que no es otra cosa que la triste evidencia de cómo el patriarcado condena a sus víctimas  y perdona a sus verdugos.

Deledda, única italiana en ganar el Nobel De Literatura, pone el foco en esta novela en las contradicciones y las miserias humanas. Su prosa delicada y detallista es de indudable valía, pero su lectura puede llegar a hacerse densa.  Gran enamorada de su tierra, la autora se explaya en descripciones paisajísticas que me han resultado un pelo cargantes a pesar de su belleza. En los capítulos centrales de la novela me ha costado avanzar y he sentido que se me repetía lo que ya se me había explicado. La narración se acelera sin embargo en la recta final hasta desembocar en un desenlace vertiginoso, de una belleza convulsa como la serpenteante ascensión de unos fuegos artificiales que tras explosionar esparcen un polvillo gris en el alma.