En Ronda del Guinardó,  Juan Marsé nos lleva de paseo por la Barcelona del primer franquismo de la mano de una huérfana buscavidas y un policía en horas bajas. 

 Él es un hombre del régimen en declive físico al que su mujer acaba de abandonar tras años de maltratos. Ella, Rosita, una niña precoz y deslenguada que se gana la vida incurriendo en tejemanejes más o menos sórdidos. 

Ambos se dirigen al Hospital Clínic con el objetivo de identificar al posible agresor sexual de la niña, trámite que la aterroriza y que planea a lo largo de toda la narración como una nube negra imposible de sortear. Antes de alcanzar su destino, se detendrán en los diferentes puntos de la ciudad en los que Rosita tiene que cumplir con sus obligaciones: desde limpiar casas o recoger limosnas para la virgen hasta ayudar a estraperlistas con mucho que ocultar. 

Su recorrido por parajes de represión y miseria perfilan los relieves de esos oscuros tiempos de posguerra mientras, en los periódicos, la noticia de la derrota del nazismo hará brillar en el horizonte una lejana luz de esperanza. 

Marsé nos adentra en las penumbras del barrio en el que se crió  con una hermosa prosa poética que contrasta con la dureza de su retrato.  Novela corta que le valió el premio ciudad de Barcelona en el 84. Una lectura ágil (apenas son 140 páginas) y muy recomendable.