Libros

Ceremonias

Ceremonias recoge dos antologías de relatos de CortázarFinal de juego y Las armas secretas. Un total de 23 piezas cortas que discurren en la fina línea que separa lo real de lo fantástico con las que el autor argentino se proclama como maestro indiscutible del género. 

Final de juego fue publicado en 1956 y es el que más he disfrutado. Los relatos que lo componen son cortos, intensos, inquietantes. Nadie como Cortázar para rodear de misterio lo cotidiano, para crear obras inmortales de la literatura a partir de actos tan sencillos como leer una novela (Continuidad de los parques), ponerse un jersey (No se culpe a nadie), asistir a un concierto de música clásica (Las ménades) o viajar en autobús (Una flor amarilla). Lo cómico se mezcla con lo monstruoso, lo ordinario con lo extraordinario, lo mundano con lo filosófico. Las líneas se desdibujan, los escenarios se deforman, las reglas del espacio y el tiempo se dinamitan para reconstruirse y encontrar su particular discurrir en un universo que es a la vez lúcido y ensoñado, en unas páginas que descubren nuevas claves a cada lectura. 

Y a pesar de esa maestría del autor para retratar lo extraño, sus incursiones realistas son igual o más brillantes, siendo probablemente Los venenos mi relato favorito de este volumen. En él, el autor regresa a Banfield, ciudad argentina en la que se crió, y con su sensibilidad excepcional relata una agridulce historia que nos lleva a mirar atrás a nuestras propias infancias. 

El Perseguidor ocupa la mitad de Las armas secretas y es el relato más largo de este volumen. Cortázar plasma sus propias obsesiones metafísicas en el discurso de su protagonista Johnny Parker (alter ego de su admirado Charlie Parker), que no son opuestas a las que años después ampliaría e inmortalizaría en Rayuela. En Las babas del diablo, el autor reflexiona sobre la realidad y la interpretación de la realidad, sobre la vida y la creación. Cartas de mamá es mi favorito de este segundo volumen, una narración de apariencia realista que fluye con inaudita naturalidad hacia lo fantástico. En Los buenos servicios el autor reflexiona sobre la familia, los conflictos internos y las diferencias de clase (¿Pudo haberse inspirado en este relato el director de cine y guionista Fernando León de Aranoa para dar vida a su ópera prima Familia?). Cierra la antología Las armas secretas, una nueva vuelta de tuerca a la concepción del tiempo, esta vez con un giro perverso. 

Cortazar es único y Ceremonias es prueba de ello. Una obra maestra de uno de los grandes cuentistas de la historia de la literatura. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio